Mario Vargas Llosa ha publicado hoy, 10 de febrero, en El País, un magnífico artículo de opinión, enviado desde Nueva York, donde no habla precisamente del frío polar que los aqueja, sino del otro frío humano y extemporáneo que sí aprisiona al gobierno israelí, desde hace muchos años, con el uso de una política intransigente, como la de aquellos que insisten en esa línea fanática y sectaria que encarna el movimiento de los colonos, empeñados en rehacer el Israel bíblico, o el partido del exministro de Relaciones Exteriores de Netanyahu, Avigdor Lieberman.
En Ganar batalla, perder la guerra, lógicamente no culpa a los servicios de inteligencia de haber permitido el inconcebible asesinato de Yitzhak Rabin, el único dirigente que se tomó en serio seguir adelante en un auténtico compromiso de paz entre palestinos e israelitas, con los Acuerdos de paz de Oslo, por un fanático judío; como el manipulado asesinato de Yaser Arafal, ni a los grandes poderes económicos, o manos negras, que dificultan la paz en Oriente Medio importándoles un bledo cualquier atisbo de paz.
Pero eso serían otras cuestiones, el nos habla de un futuro necesario en paz, aportando una mirada esclarecedora tomando como puntos de apoyo las visiones pacificadoras del escritor David Grossman y el cineasta Dror Moreh Godman. Y, quizá lo más importante, es que nuestro Premio Nobel de Literatura tome partido con su opinión equilibrada en tema tan trágico, e insta desde el lugar donde vive, EEUU precisamente, a comprometerse con decisión en la creación de un Estado Palestino y, al tiempo, como mediador universal, a ese poderoso país lo responsabiliza de la situación intransigente y enconada en la que se hallan las gestiones de una paz aparentemente imposible… Aquí pongo en pdf su magnífico artículo que, sin duda alguna, merece ser leído
