¿Pero qué es eso de feliz año nuevo?
Me preguntaba hace un rato lo siguiente: ¿cómo les deseo un feliz año nuevo si el viejo ha sido tan difícil y costoso? Y me contesté, pues de una manera sencilla, como se dicen las cosas simples, directamente.
Por eso te lo diré al oído de tu corazón, en su base, detrás del piquito que se le forma, ahí, donde se agazapa tu alma para que no la dañen. Y te lo digo así como lo siento: que por encima de todos los inconvenientes, aunque se te carunchen las cosas que más querías, aunque el perro te haya abandonado y te llueva en la cama, aunque vuelvas los bolsillos para afuera y solo veas caer polvillo, aunque todo amenace una muerte cercana… ¡no te lo creas!, ¡nunca!, ¡la realidad la creamos nosotros!, ¡porque somos los hacedores de nuestras vidas! Deja ya de creer en el destino para justificar tus fracasos y desazones y planta en el centro de tus vísceras el nuevo árbol de la fe en ti mismo, pues en lo profundo sabes que eres tu propio Dios y tu propio Maestro, por tanto el hacedor de toda tu existencia...
Venga, repite conmigo en alta voz, ¡óyete decirlo!, ahora y cuando te de la gana, y no dejes de hacerlo nunca: ¡soy Feliz en este Año nuevo, y Feliz cada Día nuevo de este año 2014 y todos los venideros!
¿Y todo esto por qué, Alberto?, podrías preguntarme con mucha razón. Pues simplemente porque siempre es bueno recordarlo, y en este día de fin del año, en el proceso del vivir, es un momento propicio para ello...