© Alberto Omar Walls
Me escribe una amiga del FB diciéndome que le duele mucho la espalda; no tengo manera de explicarle todo este asunto, sino poniéndolo aquí. Supongo que no tendrá que ver con nada emocional ni psíquico y que no tendrá la sensación de que alguien le está haciendo traición, que le falta el dinero o tiene verdaderos problemas con él, o cuestiones por el estilo... Así que me centraré en los efectos de lo físico y, aunque agudo, espero que será algo leve; va para todo el que le interese o tenga curiosidad.
Si no se trata de una disfunción ósea o de cualquier desequilibrio de órganos o vísceras, a veces el cambiar de posturas, los zapatos, o la forma de andar, ¿y por qué no? el colchón o la misma costumbre de sentarse a ver la tele en plan repantingado en un sillón, solo con eso puede bastar para aliviarse. Pero, claro está, siempre debemos estar seguros de que no se trata de un dolor que estemos arrastrando crónicamente. Que no lo tenías ayer y hoy te duele mucho. Solo ese dolor, ¿vale?, y que no te venga acompañado de otros síntomas, como parálisis del primer y segundo dedos, o lo mismo a lo largo de la tibia, mareos, pérdida de la conciencia … No seas hipocondríaca, si nada de esto no va contigo, pues lo dejas pasar y ya está; quédate solo con el dolorcillo molesto, postural, de la espalda.
Otras veces hay que ir más lejos y hasta se necesita cambiar las posturas en las relaciones sexuales, pero, lógicamente, siempre hay que consultar a un profesional (sexual, claro está, que el osteópata vendría después). No obstante, como recomendación general aconsejaría que nos frotáramos más a menudos las manos, que nos pellizquemos la piel de los nudillos, y, con mucho cuidado, rotemos delicadamente las distintas partes de los dedos de las manos, falange, falangina y falangeta.
Y, por supuesto, activar como mínimo unos puntos aquí expongo en dos dibujos. Son algunos puntos de las manos que nos recomienda el Dr. Tae-Wood Yoo, autor de La ManoAcupuntura Coreana. Si no sabes pincharte con esas agujitas milimétricas, pues no lo hagas, bastará que con un puntero, un lápiz sin mina, un palillo o las propias uñas de tu otra mano para que actives esos puntos señalados en los dibujos que aquí te adjunto. Ah, no rotes ni el puntero, lápiz, palillo o uñas, déjalos fijo presionando en esos puntos (cambiarían los efectos). Verás que se te aliviará, pero hazlo durante un tiempo largo o varias veces al día hasta que se te alivie del todo. Ya me dirás.