introducción al recital
Pedro García Cabrera es un poeta cuya dimensión supera nuestra geografía insular, siendo esencial en las letras canarias, pero va más allá su importancia y es, sin duda, uno de los poetas hispánicos más relevantes del siglo XX. Nace en Vallehermoso, La Gomera, 1905 y trasciende en Santa Cruz de Tenerife, 1981. Fue miembro del grupo de intelectuales y artistas tinerfeños de Gaceta de Arte, revista de gran influencia europea y testimoniadora de un vanguardismo aún no superado. Pedro García Cabrera fue el poeta de más larga trayectoria de su generación, pues su obra es amplia y diversa, y es uno de los grandes representantes de la lírica de la Guerra Civil Española. Estuvo comprometido con sus ideas políticas socialistas y por ello fue encarcelado en varias ocasiones. Detenido desde el 18 de julio de 1936, fue enviado a La Isleta de Las Palmas y luego deportado a Villa Cisneros, Sáhara Occidental. Protagonizó allí una espectacular fuga en el barco Viera y Clavijo, con el que logra llegar a Dákar, de ahí a Marsella y a Andalucía, para ser protagonista en el frente de guerra republicano. Conoce a Matilde Torres, su enfermera, y posteriormente su mujer. Su libro “La esperanza me mantiene” registra el paso del lirismo vanguardista al realismo social, según señaló en su momento Pérez Minik. El título lo extrae García Cabrera de una copla popular que había escuchado, de niño, muchas veces, en La Gomera y se mantenía, acosándolo, en su memoria, según propia confesión. Domingo Pérez ha dicho que en esta copla se resume "toda la condición geográfica y metafísica del hombre insular". Es poeta del mar, un mar metafísico y sufriente, existencial y cautivo.
Los temas que trató Pedro en sus libros son amplísimos, como cualquiera que afecta a la vida de un ser humano: pues escribió sobre el amor, la amistad, la solidaridad, la libertad, la infancia, el dolor humano, lo universal... aunque puede ser reconocido como poeta de la naturaleza y el mar, y el amor como fuerza primordial, y del compromiso social.
A lo largo de más de cincuenta años, Pedro García Cabrera pasó por las diferentes etapas de la literatura contemporánea canaria. Su obra es muy amplia, publicó más de 20 libros, como es lógico compuesta por una poesía muy variada, moviéndose desde las tendencias postmodernistas, vanguardistas y surrealistas a la poesía social y las transvanguardias. Publicó su primer libro de poemas, Líquenes, en 1928. Posteriormente vieron la luz Transparencias fugadas (1934), Día de Alondras (1951). La esperanza me mantiene (1959) que es inmediatamente censurado por el régimen franquista y Entre cuatro paredes (1968), que son consideradas las dos obras centrales donde todo su gran potencial lírico se muestra abarcando tanto el mundo íntimo del poeta como la vida social en las Islas. Vuelta a la isla (1968), Las islas en que vivo (1968), Hora punta del hombre (1971). En 1975, el año que muere Franco, publica Elegías muertas de hambre, uno de sus libros más cercanos a la poesía social. Nunca dejó de escribir. En 1980 aparece A la mar fui a por naranjas, una antología realizada por el propio autor un año antes de su muerte. Nosotros, en este ajustado homenaje de su poesía, recorremos una concentrada muestra de los cincuenta años de creación. Para quienes conozcan sobradamente su producción, nos hemos de quedar cortos, pero nuestra intención ha sido, sobre todo, el homenaje y trascender el olvido, tan dado en nuestra islas, de un poeta tan esencial, tan capital para nuestra historia... Y comenzamos con líquenes, su primer libro de 1928, compuesto por 71 poemas, aunque aquí recitaremos solo tres: