A Miguel Hernández lo quieren borrar de la memoria literaria y humana de cualquier pueblo con conciencia. Él no era de Madrid, y creo que no le importaría que le quitaran su nombre a cualquier calle de esa ciudad que lo trató tan mal desde el principio que él quiso mostrar su gran valía como poeta universal. ¡Hasta tuvo que dormir en bancos de las calles, teniendo como techo el claro cielo de entonces de una ciudad hospitalaria con el poder y el que más tiene, como cualquier gran capital!
Como testimonio a su poderosa voz más allá del tiempo, reproduzco aquí, en mi voz, su inmenso poema CARTA. Para quien (es) quiera (n) oírlo...